martes, 28 de diciembre de 2010

BUENOS CANDIDATOS, PARTIDOS, DEMOCRACIA INTERNA, VOTO PREFERENCIAL, DEMAGOGIA ACADÉMICA Y FACILISMO PERIODÍSTICO



Alberto Borea Odria


Cuando se acerca el momento de definir quiénes serán los candidatos al Congreso, la prensa, los miembros de las ONG y demás académicos, comienzan a dar consejos acá y acullá acerca de cuál debe ser el perfil de los candidatos que deben de presentar los partidos para la justa de Abril.

Pero esto no basta sólo que sea un buen deseo. Para llegar a ese producto tiene que trabajarse con seriedad y con tiempo y ello implica armonizar, cuando menos, los cinco conceptos a que se hace referencia en el título de este artículo. Además, cada uno de los actores debe de jugar su rol para evitar que un entremezclado de conceptos hagan imposible que se logre el bien deseado.

A LA CAZA DEL CANDIDATO IDEAL

Todos coinciden en que los candidatos deben ser perfectos: solventes académicamente, honestos en su conducta, honrados en su economía, leales al pueblo que los eligió y a los partidos que los postularon, respetuosos de las instituciones y de los valores nacionales, conocedores de los problemas del país, con conexión en los pueblos a los que pretenden representar, amén de otras características que escoge cada uno de los entrevistados o articulistas. Todas esas virtudes, por cierto, estiman que han estado ausentes (y lo han estado) en las últimas composiciones del Congreso. Especialmente desde el golpe de Fujimori.

¿Cómo se hace entonces para que esto no suceda? ¿Cómo elegimos buenos candidatos que de ser electos resulten siendo buenos parlamentarios? ¿Cómo hacemos realmente responsables a los partidos y no les atribuimos fallas del diseño que desde fuera se les impone?

LOS ESCOLLOS QUE SE PONEN A LOS PARTIDOS PARA CUMPLIR CON ESA TAREA. LA DEMOCRACIA INTERNA DE LOS ASCÉPTICOS

Sin duda, la primera responsabilidad corresponde a los Partidos Políticos, sin embargo, el sistema que se ha implantado traspolando lademocracia nacional a la marcha interna de los partidos constituye un primer escollo para hacer responsable a la dirigencia. Según lo que hoy se entiende como políticamente correcto, cada militante debe de tener un voto, independientemente de los méritos que haya desarrollado en su vida personal o en su entrega al Partido. De esta forma, un llegado ayer que cuenta con el apoyo de una gran maquinaria propagandística o un fuerte respaldo económico y que no conoce los fundamentos doctrinarios de la organización donde se ha inscrito la víspera o donde nunca ha hecho nada notable o que haya significado esfuerzo o sacrificio, puede imponerse con facilidad a los militantes que durante años han entregado su vida y comprometido sus bienes en la ilusión de construir un partido.

Por lo demás, en un parlamento, los partidos deben llevar a sus cuadros no sólo más identificados, sino mejor preparados para la tarea que se propone realizar. Si la prioridad del país para un quinquenio es la agricultura, entonces aunque cuenten con un gran matemático, más útil va a ser el que tenga menos pergaminos académicos pero con conocimientos más vinculados a esa rama que se quiere privilegiar. También debe llevar a aquellos que traducen mejor la esperanza del pueblo, porque también se presentan los casos de sabios totalmente alejados del sentimiento social. Después de todo, la democracia no es una sofocracia.

Todas estas y muchas más variables deben ser analizadas por los que tienen la responsabilidad de conducir. Por eso es que hemos propuesto en otros artículos y trabajos que se revise este concepto de democracia interna y que la mismas se haga a partir de un reconocimiento de méritos y actitudes o procederes considerados valiosos en ese partido, los que deben ser conocidos por los ciudadanos desde el momento mismo en que quieren afiliarse, de tal forma que a nadie se le engañe y que quien ingresa a una organización a tratar de cumplir su vocación pública conozca cual es el camino para ascender hasta el momento cumbre de la representación política o del gobierno en nombre de ese ideal que abrazó.

De esta forma, el partido puede hacerse responsable por lo que sus autoridades deciden y los dirigentes pueden dar la cara por aquellos que han incorporado a sus listas.

EL VOTO PREFERENCIAL DE QUIENES QUIEREN LA DEMOCRACIA PERFECTA. LA PRENSA QUE COADYUVA A LA DISTORSIÓN

Esta misma disyuntiva se presenta en cuanto al voto preferencial, pero con una responsabilidad compartida entre el partido y la ciudadanía. Es verdad que los partidos ceden a la tentación de presentar a las candidaturas a personajes populares que arrastran un voto no ilustrado, un voto inconsciente que confunde la notoriedad en distintos aspectos (deportivos, folklóricos, musicales, periodísticos, etc) con la tarea de representar al país dentro del programa de un partido. Pero también es cierto que la ciudadanía que luego reclama por la presencia de quienes resultan mudos o mudas en las cámaras y sin ideas solventes que proponer o conceptos claros para intercambiar en el debate, votaron por la matadora tal o el bailarín cual. Es más, la prensa, como es noticia que un farandulero pretenda representar al país por el sólo hecho de provenir de ese mundo, le dedica espacios infinitamente mayores que los que concede a aquellos que plantean los temas nacionales en términos racionales. Otra vez, la reiterancia pública sobre la obligación del partido no se conjuga con los instrumentos con los que posee para seleccionar y con el papel que juegan los demás actores que tienen una significación política en el país.

No obstante estos problemas serios, muchos se dejan llevar por los aparentemente correctos conceptos, como si se pudiera usar los mismos en naturalezas distintas con el mismo beneficio. No se ha hecho todavía un debate en serio sobre estos temas porque cuando se proponen se moteja a quien los plantea como poco democrático, con el agravante que quienes espetan el calificativo hicieron muy poco a pesar de sus posibilidades por la recuperación del sistema en el país cuando las épocas de eclipse de las libertades.

RESPONSABILIDAD PERO CON CAPACIDAD PARA DECIDIR

En suma, si lo que se quiere es una democracia actuante donde el pueblo elija entre los equipos que presentan los partidos, hay que dejar a estos que decidan cuáles son esas figuras a las que quieren representar, fiscalizando sólo, en todo caso, el cumplimiento de las normas que ellos mismos se dan para su funcionamiento interno. Si no las cumplen, debe de arbitrarse un camino al interior del propio partido para la resolución de los conflictos y si esto no es respetado o seguido deberá recién entrar la fiscalización externa.

Si la sociedad encuentra que los partidos con sus reglas no satisfacen su aspiración democrática, entonces se formarán nuevos que tendrán nuevas reglas y a los que la gente acudirá para reemplazar a aquellos antiguos que no supieron dar paso a las nuevas hornadas de políticos que van a pareciendo en una sociedad.

De otro modo es muy difícil exigirle responsabilidad a quien no tiene los instrumentos suficientes para controlar el resultado de sus propios actos. Será solamente deseos que se presentan como pensamientos, los famosos “wishful thinkings” o conceptos que sólo conseguirán por su inaplicabilidad real, una mayor desilusión al generarse una mayor distancia entre la norma y el hecho agravada por el continuo martilleo de que esa quimera es la forma perfecta de realizar la democracia.
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sábado, 25 de diciembre de 2010

LA LAMENTABLE POLÍTICA EXTERIOR DEL PERÚ CON RESPECTO A LA VENEZUELA DE HUGO CHÁVEZ



Alberto Borea Odria

Hace un par de días se ha anunciado que el Perú va a respaldar la candidatura de Venezuela para presidir la UNASUR o comunidad Sudamericana de Naciones. Esto viene a ser como la cereza del postre del desacierto y la felonía para con la democracia continental.

Este proceder que sería ya grave en cualquier Presidente que hubiese actuado de esta forma, es inexplicable además en el gobierno de un partido que batalló por la democracia desde su fundación y cuyo líder auroral dejó sentado que ese sistema y no las farsas que los dictadores y protodictadores instalaban en nuestro hemisferio, debería ser protegido por la acción conjunta de los países de la región.

EL LEGADO DE HAYA DE LA TORRE EN LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA

Haya de la Torre llegó incluso a proponer la intervención armada para acabar con las satrapías que se instalaban en América, pues era consciente que con ello se violaban abiertamente los principios de igualdad y libertad y se dejaba al ser humano desamparado en manos de una supuesta independencia estatal que en realidad es manejada por los autócratas como un arma más para sojuzgar a sus pueblos. Hitler, por ejemplo, invocaba esa idea para exigir que los países civilizados de Europa no lo molestaran en su naciente persecución a los judíos o a los gitanos.

La Venezuela de Chávez, sostenida por la fuerza como lo acaba de reconocer el propio comandante general de su Ejército, envuelta en fraude en cada uno de los comicios donde se ha convocado a participar a la población en total desigualdad de oportunidades y con clara ventaja para el gobierno, quien blande amenazas contra los opositores y las cumple de inmediato quitando del trabajo a todos aquellos que, laborando en el sector público se atrevan a desafiar su reglaje, sigue distorsionando el sistema democrático. Lo peor es que ningún país dice seriamente nada.

LOS DOBLES ESTÁNDARES DE LA POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS EN ESTE PUNTO

Los Estados Unidos que hacen una cruzada vocal a favor de la democracia, callan en siete idiomas en tanto que, se dice, prefieren la tranquilidad en el suministro de petróleo que reciben de Venezuela, que una lucha por principios que le puedan conllevar un problema de escasez, lo que, naturalmente podrían reponer en tanto sus inacabables recursos energéticos y también económicos les permitirían mostrar su anchas espaldas para afrontar esta tarea.

Claro que ese país tampoco puede mostrar una ejecutoria santa en materia democrática. Recién con el Presidente Carter decidieron cambiar las reglas de la “ost politik” por la de un testimonio valorativo que elevase o ayudase a elevar el nivel de vida de todos los habitantes, por lo menos del hemisferio, cuando no del planeta.

Efectivamente, esto último puede resultarles más complicado dado el poder fáctico de China o Rusia, pero es inexplicable esta política de reafirmación de la boca para afuera de la democracia en el continente.

Eso no debe de inhibir a otros países a que se allanen a las tropelía y que dejen fluya ese mal ejemplo para el hemisferio con la consecuencia de dejar abandonados a su suerte a millones de ciudadanos venezolanos que no ven, como no vimos nosotros tampoco durante la dictadura del condenado Fujimori, una actitud militante de la mayoría de los países de la OEA.

EL GOLPE QUE ACABA DE PERPETRAR CHÁVEZ NUEVAMENTE EN VENEZUELA


Chávez acaba de dar un nuevo golpe de estado, esta vez al Congreso de su propio país, elegido además, bajo sus propias reglas, las que naturalmente tampoco respeta cuando las mismas no le sirven para lograr obtener sus objetivos. Es una vergüenza que el organismo continental y que Insulza no haya llamado a conferencia para analizar el problema generado por la ley de habilitación legislativa (léase también delegación de facultades para dictar leyes) que el Congreso que se va le ha dado por un plazo de 18 meses, en los cuales va a legislar sobre todo aquello que le venga en gana.

La primera pregunta que fluye de esta habilitación, es si se puede dar más que lo que se tiene. Vale decir, si se puede conceder facultades legislativas por un lapso mayor que aquel que el congreso que cesa va a mantenerse todavía en funciones. Lo obvio es que nadie puede dar lo que no tiene y, por lo mismo, este Congreso que ya termina no puede jurídicamente conceder facultades que les sería imposible detentar a él mismo, en tanto que dentro de pocos días serán otros diputados y será otra mayoría, otro Venezuela representada en ese recinto.

¿QUÉ LE FALTA AL CANCILLER PERUANO PARA INSISTIR EN AVALAR ESTOS DESPROPÓSITOS?

Frente a todo esto, sabiendo como se sabe en el Perú que comparte esa opinión mayoritaria que Venezuela no se conduce por la senda democrática que nosotros no solo aspiramos como deseo sino que tenemos como mandato en la Constitución y aún en el documento con que Fujimori adormeció al país, ¿cómo le damos respaldo a quien no respeta la libertad de prensa, a quien persigue a sus opositores, a quien destroza la democracia, a quien, finalmente, alborota al hemisferio con los ataques personales que espeta contra todo aquel Presidente o personaje que se atreve a ceñirse a los cánones de la democracia y a criticar lo que él hace con su pobre gente?

Frente a todo esto y aunque no sea muy académico el término, si vale preguntarse si no se da cuenta de lo que está haciendo y entonces no es muy ilustrado o si lo que le faltan son agallas o criadillas al Canciller del Perú. En todo caso, hay que llamarle la atención para que ello cambie.


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miércoles, 22 de diciembre de 2010

FÓRMULAS, ¿MUJERES Y CARAS NUEVAS?


Alberto Borea Odria

Un conocido periodista que labora en un importante noticiero radial matutino y que es fuente frecuente en el proceso de formación de opinión pública, estimó que una fórmula presidencial en donde no se hubiere consignado a una mujer, estaba desfasada, más aún si la fórmula no traía caras nuevas.

Quiero discrepar públicamente en estos dos registros. Lo que necesita el Perú no son novedades ni que se experimente con él en la escogencia de personas que, llegado el momento, deben de hacerse cargo de los destinos de la Nación. Vale decir, lo que hay que privilegiar en esa instancia y que un estadista no debe olvidar es precisamente eso, que la persona elegida por él para acompañarlo pueda reemplazarlo con bien para la República.

La política no puede consagrar la posición de nivel presidencial como la primera tarea pública que debe entregársele a un bisoño para que pinte una propuesta electoral y atraiga electores en respaldo del candidato. Un cantante, una pintora, un taxista o cualquier ciudadano de la calle, aún cuando haya destacado en su actividad privada, no califica per se para poner sobre sus hombros el peso de la primera magistratura.

La política es una tarea que exige constante preparación. Es contradictorio que llegado el caso se pida que los Congresos tengan un determinado nivel, con la exigencia de “caras nuevas” acompañando al Presidente. Nadie piensa que un estudiante recién salido de la escuela de medicina puede operar a una persona de un delicado tumor al cerebro. Lo normal será que se busque para esa tarea a un cirujano que haya pasado por diversas posiciones en el quirófano, asistiendo a los anteriormente consagrados para poder llegar a tener el escalpelo en la mano. Menos se permite que una jugadora de voleybol o un cantante vernacular o de rock entren al quirófano y se vistan de verde para comenzar a trajinar al paciente.

Si esto es así en la medicina ¿cómo va a ser diferente en la política donde se toman decisiones que atañen a millones de ciudadanos y al curso de un país?

En la política institucional, aquella que reclamamos con partidos fuertes y con constante preparación de cuadros, los jóvenes o quienes ingresan a la misma no tan jóvenes deben de foguearse en sus propias representaciones partidarias o en las concejalías, en las representaciones regionales o en la diputación, o, viniendo de la otra vertiente, en las direcciones o vice ministerios donde se aprende a adoptar decisiones de política pública.

En el caso de las mujeres, o de los hombres, en tanto que hay que cumplir una cuota de género, tampoco es distinto el raciocinio. La oportunidad para darle entrada a las personas de uno u otro sexo para que se integren más a la vida política no puede ser la instancia presidencial. Hay mujeres que califican para esa posición por lo que han hecho en su vida y porque se han preparado en la arena política al más alto nivel, siendo concejales, diputadas o ministras y que nadie puede discutir. Para poner ejemplos, Lourdes Flores, Mercedes Cabanillas o Ana María Romero, son ejemplos de esta afirmación.

Pero, poner necesariamente una candidata mujer cuando el partido estima que mejor tarea en ese momento van a desempeñar los varones, es también un despropósito. La oportunidad para impulsar la participación de las damas en el proceso político no puede ser la de la candidatura presidencial. También lo sería exigir la presencia de un varón cuando se considerara que las mujeres pueden expedirse de mejor manera. Si los apristas hubiesen considerado a Virginia Borra o a la mencionada Mercedes Cabanillas en su fórmula presidencial en vez de Javier Velásquez, no habría habido ningún sobresalto. Tanto la primera como la segunda han pasado todas las etapas de formación política y están calificadas para el cargo. Contrario sensu cuando los designados, como en el caso de Perú Posible, son varones que han tenido una destacada presencia en funciones de gobierno como Carlos Bruce o Javier Reátegui, no hay tampoco de qué alborotarse y menos pretender disminuir el valor de la fórmula por haber actuado con la seriedad que la situación exige a quien pretende gobernar el país.

No se puede pedir a los partidos acierto cuando se le conmina a consignar en sus listas personas por razones diferentes a las de la eficacia o el acierto que se prevé, con razones fundadas, que van a tener en tanto les toque asumir la primera magistratura. Lo demás son consideraciones ajenas al bien común que debe procurarse desde el gobierno.

En los países con instituciones sólidas, se puede prever con bastante certeza quien va a ser el Presidente dentro de 20 años seleccionando un grupo de 300 personas, el mismo que se va acortando en tanto que falten 15 años, o 10. Esto es así porque la política no es allí una tinca sino una actividad seria y previsible.

Quienes han escogido sus fórmulas sin recurrir al factor sorpresa, ni a poner a alguien de algún género simplemente por expresar la presencia de ambos, han dado una muestra de madurez. Han rechazado lo inesperado o lo novedoso con el afán de ganar fáciles votos y le han garantizado al Perú una correcta conducción cualquiera fuese la eventualidad a la que se encontrase sometido.

Esto debe el Perú estimar y este es el factor de seriedad que esperamos se arraigue en nuestra nación para salir de la política farandulera.

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sábado, 18 de diciembre de 2010

USAR Y BOTAR: EL PRIMER FRUTO DE FUERZA SOCIAL


Alberto Borea Odria

La práctica cultura capitalista donde las personas tienen poco tiempo para sus actividades y donde todos en la casa trabajan, creo la cultura de usar y botar los elementos o las cosas descartables cundo el titular del bien y quien les saca provecho piensa que ya no le va a servir más. Como son cosas las tratadas de esta forma, no hay nada que reprocharle a los poseedores de los bienes.


Un poco más complicado, sin embargo, es cuando se trata de comportamientos políticos, porque ellos involucran a personas que a su vez han preparado proyectos y han soñado con ellos. Estas han comprometido su esfuerzo y han logrado que el colectivo que formaron, y especialmente sus dirigentes, alcances las posiciones que soñaron o aspiraron. Sin embargo, un buen día se les da con la puerta en las narices y reciben la notificación de que son prescindibles, de que lo que construyeron en común ya no les pertenece a ellos y que la ilusión de lo originalmente pensado y la razón por la que se esforzaron se esfumó.

Es difícil calificar el comportamiento de la denominada Fuerza Social a la luz de las coyunturas recientes. Si bien nació como una expresión especial de la denominada izquierda alejada de las tendencias más radicales que creen en el colectivismo o no le hacen ascos a los gobiernos de partido único y donde se señala en sus propios documentos que hay que utilizar el sistema para desde adentro cambiarlo una vez asumido el poder, con la prisa electoral de las elecciones municipales no tuvieron ningún empacho en aliarse y descansar organizativamente en estos partidos de esa izquierda que con más presencia en el tiempo por lo menos han desarrollado un pequeño esqueleto que les permite diseminar su mensaje en bastantes rincones del país a través de diversas instituciones que han ido creando en su historia.

Ese esqueleto fue con el que Fuerza Social y Susana Villarán decidieron contar para las elecciones municipales. Como no contaban con ningún barrunto de organización y tenían escaso respaldo del electorado, decidieron que esa tarea de cementación podrían realizarla mejor fletando al antiguo UNIR de Rolando Breña. Estos, efectivamente, cumplieron su tarea en la parte inicial del esfuerzo. Luego vino la salida de Kouri y el golpe de suerte. Los medios de comunicación, ajenos y enfrentados con Patria Roja clamaron porque salieran de la Alianza estas personas que tan útiles le habían sido a Villarán en su momento. Sin ningún empacho y con total cálculo electoral, la recién electa echó por la borda la supuesta carga pesada. Marcó distancias y prácticamente los convirtió, incluso cuando no había comenzado sus funciones, en parias del gobierno municipal ad portas. Difícil creer que ese fuera un comportamiento ético. Susana Villarán, que tiene décadas en la arena política no podía desconocer esto. Utilizó sin empacho esos activos de los comunistas y luego ha pretendido una asepsia que no se condice con su proceder.

Pero más difícil todavía ha sido pasar por ese cedazo a lo que siguió. Como para conformar una opción con alguna capacidad de aglutinación a nivel nacional requerían otra vez ese principio de organización, volvieron a llamar a Nílver López y sus huestes. Estos volvieron al redil del que los habían echado y se prestaron a unirse nuevamente a quien los había repudiado, para que nuevamente, después de llamarlos, los desdeñaran y desembarcaran.

En el país, donde quienes tienen la sartén por el mango siempre quieren ver lo que les provoca resulta que fue mejor aceptar la tesis que la señora alcaldesa fue sorprendida por estos elementos a los que supuestamente no conocía. Lo malo es que esa versión no tiene ninguna credibilidad. Susana Villarán se comportó, junto con esa supuesta izquierda moderna de Fuerza Social, de la manera más maniobrera, de la forma como posiblemente lo hicieron en los grupos políticos de los que precedieron en donde, fiel a las doctrinas comunistas, el fin justifica los medios, utilizando a quienes llevó como aliados para luego largarlos con cajas destempladas.

No es que alguien se rasgue las vestiduras por lo que ha hecho o que llame a sorpresa su proceder. Lo que verdaderamente rebela es que pretenda ponérsele vestido de seda a ese comportamiento que trasluce la forma como se sigue haciendo política en el Perú. No se trata en este caso de una virgen vestal, sino de una persona que siempre ha hecho política desde esos sectores donde todo vale con tal de llegar al poder. No ha habido ningún principio en consideración para la plasmación de esta conducta, ni ningún ejemplo a seguir en materia de buen juego político.

No tengo ninguna identificación ideológica con ese colectivo, con el que sin embargo coincidimos en la lucha contra la dictadura fujimorista y quienes hicieron con dedicación su tarea. Pero si aspiramos a que caída la autocracia, en el Perú se rompiera el pacto infame de hablar a media voz y que no se disfrazaran realidades en condescendencias que no ayudan a clarificar el panorama político ni a darle una verdadera identidad a las distintas opciones que se presentan en una sociedad pluralista.


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miércoles, 17 de noviembre de 2010

BAENA SOARES: LA DIFERENCIA ENTRE LO NOTORIO Y LO NOTABLE

Alberto Borea Odría

Es muy fácil en un mundo donde se acostumbra andar por el sendero ancho de las formas, el confundir a los notorios con los notables. Se les da a los primeros un estatus de personaje por el hecho de haber ocupado cargos formalmente importantes aunque desde los mismos haya promovido desastres, abandonado la firmeza y confundido las cosas en aras de la comodidad de permanecer en esa posición.

Eso acaba de pasar en el Perú con Joao Baena Soares, quien cuando fue Secretario General de la OEA se prestó a convalidar el zarpazo de Fujimori y a disfrazar de democracia lo que era una naciente dictadura de la que nos costó 8 años salir. Vino, increíblemente, a dictar una conferencia sobre democracia y supervisión electoral ¡Cómo si tuviera algo importante que decir sobre esos tópicos! ¡Cómo si los peruanos pudiéramos pasar por alto que no obstante tener en su cargo de Secretario General  a su disposición todas las armas para cortar de raíz la dictadura que se había declarado, consintió con el cierre del Congreso y se avino a endulzar el parto de un proceso que fue funesto para el Perú y del que hasta hoy padecemos sus consecuencias! (Basta mencionar el caso Crousillat)

Es bueno señalar que meses atrás del golpe de 1992, América había aprobado la resolución 1080 en Santiago de Chile, la que le hubiera permitido a cualquier Secretario General comprometido con la democracia, presionar firme y debidamente para el restablecimiento de la misma. El propio Baena en su alocución (en la que originalmente no dijo nada sobre el Perú) reconoció que el Secretario General es un funcionario político que tiene iniciativa. Pues bien, nunca la ejerció a favor de la democracia peruana.

Cuando una delegación del Senado fue a Washington a explicarle a él y a la Asamblea General las razones por las que no se podía convalidar el proceso electoral de Noviembre de ese año donde Fujimori quería barnizarse de demócrata, no quiso recibir a los personeros de la democracia, y ante la presión de Canadá, Costa Rica, Panamá y la Venezuela democrática, transigió para que se escuchara a la delegación de iure, en un salón distinto al principal, prefiriendo darle el lugar de privilegio a la delegación golpista y negándonos incluso la grabación de lo que se dijo en esa sesión. “Antes a la basura que a la oposición” serán palabras que posiblemente recuerda haber pronunciado ante funcionarios de ese organismo cuando se le solicitó el registro de lo allí debatido. Confundió que la oposición a la democracia estaba conformada por quien dio el golpe, no por quienes representaban al pueblo en el senado electo.

Dijo a modo de excusa que no sabía lo que iba a pasar después con Fujimori. ¿No conocía acaso, quien fue funcionario de la dictadura brasileña el sino y la manera como estas operan y las suciedades que se descubren cuando el secreto con que se conducen sale a la luz? Si alega haber actuado de buena fe, no se puede entonces excusar de haber sido totalmente incompetente.

Por ello es que, en ninguno de estos casos, el Perú puede darle la bienvenida ni olvidar el daño que nos hizo, por acción, por omisión o por ignorancia. Aquí no puede haber ni indulto ni olvido.




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MARIO VARGAS LLOSA: TALENTO, FIRMEZA Y PERSEVERANCIA

Alberto Borea Odría

            Imposible no expresar, para quien tiene alguna tribuna en nuestro país, la complacencia que los peruanos sentimos por el Nóbel otorgado a nuestro ilustre y querido Mario Vargas Llosa. En un país donde la envidia y la mezquindad parece ser la flor nacional, una conducta colectiva como la que ha promovido la concesión de este premio universal nos hace abrigar la esperanza de que esto cambie y que los éxitos de nuestros compatriotas sean vistos con alegría por todos. Seremos más grandes como país en tanto todos procuremos emular a nuestros adalides.
            Mario Vargas Llosa está dotado de un especial talento literario. Eso, quienes somos creyentes podemos atribuírselo a Dios y los que no a cualquier otro factor. Pero esa cualidad que lo adorna serviría de poco si es que no la hubiese acompañado con otras dos en donde sí ha jugado un papel especial su voluntad y su determinación: la perseverancia y la firmeza.
            Los grandes han tenido siempre talento, pero han debido cultivarlo y disciplinarlo para ponerlo en valor. Traducido a pequeños ejemplos que el lector entenderá bien, no basta tener las condiciones de Kukín Flores para ser un gran futbolista y que se le reconozca como tal.
            Beethoven decía que él era 98% perseverancia y 2% genio. Bolívar, el gran estratega que nos dio el triunfo militar señalaba que si tenía éxito era por su tenacidad. “Dios, decía, le concede el triunfo a la constancia”. No le atribuía el suceso en sus empeños al brillo inmenso que como militar tenía. Claro que ello puede ser una exageración generosa propia de los grandes, pero no deja de trazar una lección para que los países sean más grandes.
            Mario Vargas Llosa, ha declarado en diversos medios que es muy metódico en su trabajo y que la literatura exige una disciplina como todo en la vida. Una disciplina, además, muy exigente. No deja que su bien dotada inteligencia fluya sola. Se pone a trabajar desde temprano, la estimula, la pone en trance de expresarse de la más bella forma de la que él es posible de conseguir.
            Pero, además, nos deja el ejemplo de su determinación. Sus ideas y su posición que fueron modelándose como consecuencia de su inquietud por alcanzar la libertad y contribuir a la felicidad de las personas que conforman la sociedad a la que pertenece, el Perú en primer lugar, como lo reconoce y hace un buen tiempo el mundo, que lo cobija, han sido mantenidas contra viento y marea, aun a costa de no sintonizar con lo que se estima en el colectivo de la mediocridad como “políticamente correcto”.
            Si eso le resta el número de admiradores, mala suerte. Su palabra no cambiará por ello. Si eso le resta posibilidades de un premio, tampoco servirá de desvío de su eje de pensamiento. Eso es lo que Valentín Paniagua llamaba no sólo hombría de bien, que muchos tienen, sino “hombría de la otra”, aquella que es precisa en las coyunturas difíciles de los países y los continentes para poder hacer cambiar el rumbo de la historia, aunque en ese instante no se alcancen los triunfos o no se escuchen aplausos sino silbidos.
            Hoy, con un país en que paso a paso se alcanzan cotas más altas de calidad de vida, aunque la meta aún se halle lejana, las ideas de libertad y progreso que machacó Mario Vargas Llosa en su inmersión en un agua que no era la más suya en los años 90, han encontrado eco.
            Felicitaciones a Mario Vargas Llosa y que sigamos celebrando sus éxitos venideros.
           
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PROPUESTA PARA LAS ENCUESTADORAS

Alberto Borea Odría

A raíz de la reciente elección municipal, hay dos temas que deben de abordarse de frente y sin temores si queremos que la democracia sea el poder del pueblo debidamente informado. El primero que tocaremos en este artículo es el rol de las encuestadoras, el segundo, que dejaremos para el siguiente, el papel que han de jugar los medios de comunicación en la consolidación de un sistema que todos queremos preservar.
Las encuestas miden la opinión del momento. No cabe duda que algunas de las empresas que hacen ese trabajo lo hacen con seriedad, analizan lo que está pasando en ese instante y recogen los vaivenes en el humor de un país sin instituciones sólidas y por ello mismo sumamente cambiante.
Sin embargo, la presentación de sus resultados lleva a la población a una mayor confusión y da pretexto a los medios para impedir las informaciones que se generan en aquellos candidatos que no aparecen como favoritos o a quienes las encuestas empiezan a colocar (¿siempre de buena fe y correspondiendo a un trabajo serio?) como sorpresas.
Lo cierto es que sus resultados privilegian y marginan. Una opinión que debe hallarse en ebullición y donde debe de darse oídos a las propuestas de todos los candidatos, se comienza a cerrar prematuramente para algunos y se centra en sólo los dos o tres que aparecen con “posibilidades” de triunfo.
En un país donde no hay instituciones y no se vota todavía por programas o en consonancia con un ideal político, es necesario entonces advertir permanentemente a la población de que esos resultados son cambiantes y permitirle al país que analice las encuestas en torno a los antecedentes que registran las mismas empresas que las hacen.
Así como se le aclara al público acerca de las calidades o peligros de cualquier producto que consume, así también me parece necesario que se dicte una norma para que se obligue a las encuestadoras a señalar, antes de dar sus resultados, que en la muestra que con la misma anticipación que aquella que están mostrando en ese momento, se hizo en el anterior proceso electoral, sus resultados difirieron o coincidieron en tal porcentaje con el resultado final.
De esta forma habrá, además, un incentivo especial para que lo que se publique como resultado sea lo correcto y no sea utilizado, como también ha pasado, como propaganda electoral de tal o cual partido. El antecedente mostrado será la prueba de la credibilidad de cada una de esas empresas.
De esta forma, en el párrafo precedente al de la expresión de los resultados, el que deberá ser publicado, leído o mostrado con el suficiente tiempo o espacio para que la gente saque sus conclusiones, se ha de consignar algo así como:

En la encuesta realizada por esta empresa, faltando 6 meses para las elecciones del 2006, el resultado fue el siguiente:

El resultado de la elección del 2006 fue el siguiente:

Candidato A: 28%

Candidato A: 16%

Candidato B: 15%

Candidato B: 40%

Candidato C: 2%

Candidato C: 30%

Candidato D: 5%

Candidato D: 14%




De esta forma, quien lee una encuesta estará perfectamente avisado de la variabilidad de las mismas y de su carácter instantáneo, impidiendo que con el halo de ciencia exacta con que se quiere envolver a las mismas, le vendan al ciudadano gato por liebre e impidiendo que desde un primer instante, se vea constreñido a tener que decidir entre A y B por el temor al voto perdido.
Así iremos mejorando en democracia.





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¿DEMOCRACIA Y VOTO IGUAL EN LOS PARTIDOS?

Alberto Borea Odría

Aristóteles decía hace más de dos mil años que no siempre la ley más perfecta es la mejor ley. Eso tiene que ver, sin duda, con que siendo esta un instrumento que pretende normar la conducta social, ha de tomar en cuenta la realidad sobre la que se va a aplicar y la idiosincrasia o realidad formativa de la gente que exigirá su cumplimiento y la que deberá de obedecerla.
Se repite a cada instante el lugar común de que en los partidos políticos la democracia interna se construye con la fórmula de un militante un voto. Ello no es ni correcto ni conveniente. Ello significa traspasar la realidad nacional que es global y obligatoria a la realidad de una organización de la sociedad que es voluntaria y parcial. Mientras que en la primera todos tienen que participar por imperio de la Constitución que define quiénes son los ciudadanos y cómo participan en el proceso de poder, en la segunda sólo participan los que quieren, los que se sienten afines a los postulados o principios, los que pueden ser fijados por ellos mismos.
A ser ciudadano se llega luego de haber transcurrido 18 años como parte de un país, donde, se le ha inculcado desde niño a través de la educación, de la historia y los valores nacionales, así como de sus aspiraciones. Para ser miembro de un partido, no hay tanta preparación ni tanta presión social. Una persona se inscribe en una organización de estas por los más variados motivos y normalmente allí comienza recién el aprendizaje de los símbolos comunes y de las claves de la convivencia en esa organización.
Los partidos se desarrollan con relación al resto de la sociedad en la medida en que sus miembros se esfuerzan por cumplir las diversas tareas que hacen que esa organización se distinga y convoque a su seno a otros ciudadanos. Para ello es necesario un desempeño calificado de quienes lo integran.
Si bien una persona puede inscribirse en un partido, ese solo hecho no le puede significar la igualdad con todos aquellos otros que tienen años en la organización, que han empleado su tiempo y entregado un gran sacrificio a la causa y se han integrado con los valores de esa comunidad parcial.
Es por ello que en un partido político debe, a mi criterio, establecerse una democracia con voto calificado. Podría, por ejemplo, establecerse que se lleven libros donde se registre la antigüedad del militante, los servicios que el partido ha reconocido a lo largo de los años y las posiciones que en esa organización ha ocupado, además de otros méritos o deméritos, y otorgar un plus por cada uno de estos factores. Así, quienes se inscriben solamente porque presienten que ese partido tiene opción en el siguiente proceso, o han sido llevados a esa organización por algún pre candidato con el propósito de inclinar a su favor la balanza de la nominación, no distorsionarán la voluntad de la organización.
Si los partidos han de ser responsables por los candidatos que presentan, hay que acabar con las propuestas fáciles. Hay que hacer una modificación de la ley de partidos y hay que dejar de repetir conceptos si antes no se reflexiona bien sobre ellos y las consecuencias que traerá su implementación.
Democracia interna, sí. Responsable, como la que el país le pide a los partidos. Entrismo y copamiento electorero, no. Porque ello desmorona las organizaciones que deben de erigirse en intermediarios serios entre el pueblo y el poder.     
  
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LA ESTABILIDAD SOCIAL Y LA NECESIDAD DE LA REDISTRIBUCIÓN



El mundo se mueve por dos claves fundamentales, la búsqueda libertad y de igualdad. Siendo estos los dos bienes esenciales del ser humano. Todas las revoluciones del planeta, en todos los tiempos, se han iniciado a partir de cualquiera de estos dos conceptos. La falta de uno de ellos, la sensación que el hombre tiene menos libertad que la que merece y que la desigualdad no es propia de su condición de ser humano, ha hecho caer regímenes de todo tipo, desde los monárquicos o los teocráticos hasta aquellos que se denominaban democracias populares.
Es por ello que un sistema democrático debe de ser eficaz y debe proveer estos dos bienes de manera tangible o reconocible por los ciudadanos del país. Con mayor razón si el sistema mismo enarbola estos dos valores como esenciales en la convivencia.
La estabilidad del próximo régimen pasará entonces por hacer que el bienestar económico que se va alcanzando como resultado de la incorporación del Perú al sistema económico mundial llegue a la sociedad de alguna forma.
Asimismo porque el próximo Presidente de la República pueda ejercer un liderazgo en la conducción de la colectividad que le de legitimidad en el momento en que explica los momentos difíciles que han de pasarse en el tránsito a una mejoría en la economía de los peruanos.
Un gobierno que sólo privilegie o de la impresión que privilegie a los sectores más favorecidos de la población no gozará de estabilidad y la posibilidad de protestas callejeras que puedan llevar incluso a lo que en América Latina se ha denominado como golpes de calle (como los sucedidos en Ecuador, Argentina o Bolivia) será cada vez mayor con el consiguiente deterioro de todos los índices del país.

En ese sentido, se va a necesitar una base organizada en la sociedad y que tenga capacidad de conducción, base en todo el país o en la mayor parte de él y que cuente con cuadros que puedan tener una idea clara de los fines del gobierno y de lo que se espera del comportamiento de cada uno. La mísitica partidaria, la idea compartida, el sentimiento de pertenencia y de desarrollar una tarea que tenga un reconocimiento histórico va a ser central en el proceso futuro. El problema de caer en un partido organizado es que se puede cerrar los espacios públicos al resto de la ciudadanía que no forma parte de la organización triunfante, sobre todo en un país donde las oportunidades no son muchas.
Por otro lado, el problema de los movimientos aluvionales es que al no tener organización, y especialmente atendiendo a quien figura como conductor del movimiento alternativo al partido consolidado, se recueste sobre la Fuerza Armada para hacer un gobierno con base militar similar en cuanto a sus estructura política al que desarrolló Fujimori, quien tampoco tenía partido, con el consiguiente problema de la creciente falta de libertades y de crecimiento grosero de la corrupción, con el problema adicional de convertir a los ciudadanos en individuos y de tratar de desestructurar la sociedad.

En suma, la segunda vuelta decidirá entre un país más o menos institucionalizado.
Las perspectivas para el Perú serán buenas en tanto junto con la tarea que haga el gobernante dentro de las líneas institucionalistas esbozadas, se pueda ir creando polos de desarrollo político en que sin la dispersión que se presentó en este proceso, pueda irse formando nuevos cuadros en toda la clase dirigente, entendiendo por ello a los empresarios, dirigentes sociales, intelectuales, periodistas, etc.

En ese sentido, como se señaló más arriba, las escuelas de formación política, en conjunto con los think tanks, podrán ser la tarea inmediata, necesaria y básica de los próximos dos años en el Perú de cara a poder presentar nuevos y renovados cuadros que, a todo nivel, permitan impulsar orgánicamente un Perú con futuro y donde el sistema político se deslice sobre la base de la razón.


Alberto Borea Odria
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