martes, 5 de abril de 2011

LAS CONSECUENCIAS DEL GOLPE DE FUJIMORI Y LAS MISERIAS QUE DESNUDÓ EN LA SOCIEDAD PERUANA



Han pasado 19 años del golpe que perpetró Alberto Fujimori y prácticamente los mismos secuaces que hoy están en la campaña de la candidata que por fin, en el debate del domingo, se sacó la careta y nos dijo a todos los peruanos que era la misma cosa que su padre.

En realidad, esa expresión como que era sobreabundante. No podía despegarse de las lacras en las que participó como primera dama luego de haber arrimado a su madre o consentido que ese hecho se produzca. Ya la señora en ese momento era grandecita. Con nosotros estaba una legión de jóvenes de su misma o menos edad que salieron a las calles para defender las libertades que la hoy candidata a la presidencia no se daba cuenta le eran arrebatadas al Perú.

LOS MALES DEL PERU PUDIERON RESOLVERSE EN DEMOCRACIA

Fujimori trata de justificar su golpe en una situación de excepcionalidad. Hay que recordarle que se alió con García precisamente para evitar que esa persona, que tanto daño le hizo al país en su primer gobierno, pudiera ser procesada por diversos actos de corrupción de los que se le acusó. Hay que decirles que el terrorismo fue derrotado en España y en Italia, así como en la Venezuela democrática de Betancur, sin tener que recurrir a la quiebra de la institucionalidad y a la cancelación de las libertades.

Hay que recordarle que el Senado de la época le dio una gran batería de normas para que pudiera, dentro del Estado de Derecho, combatir al terrorismo. El dictador, sin embargo, prefirió liberarse de todo control y proceder a su libre arbitrio cancelando todos los poderes del estado elegidos por los peruanos en elecciones libres.

Ese golpe fue más pretexto para tapar el escándalo que se promovió sobre la desaparición de la ropa donada por el Japón donde se acusó, por parte de la propia esposa del entonces sí Presidente Fujimori, del aprovechamiento innoble y con espíritu totalmente personalista que apuntaba a la familia del golpista.

LOS DAÑOS QUE HASTA HOY PERDURAN DE ESA DICTADURA

Esa libertad de acción, esa falta de supervisión hizo posible que destrozara los derechos laborales de los trabajadores, que aniquilara a los sindicatos, que encarcelara bajo la acusación de terroristas a los dirigentes vecinales o gremiales que osaban hacer reclamos justos de mejoras para sus pueblos. Esa falta de control, porque los congresos que se constituyeron desde el golpe hasta el año 2001 no fueron sino mascaradas de Poder Legislativo, dio paso a la más grande corrupción que se haya escenificado en nuestro país. Baste con recordarle hoy a los jóvenes que las empresas públicas del Estado fueron rematadas a los privados en 10,000’000,000 (diez mil millones) de dólares y que cuando se fugó el papá de la candidata al Japón y Montesinos a Venezuela, no se encontró ni uno de esos dólares en la caja fiscal. Se lo habían levantado todo: el santo y la limosna.

Hay que recordar también a los más muchachos y a aquellos que prefieren hacerse los amnésicos, que envileció al Perú y a sus instituciones, comprando conciencias, como aparece en los registros grabados que Montesinos, con la complicidad de Fujimori, levantó en el SIN. En las instalaciones donde vivió la hoy candidata a la Presidencia de la república y donde compartían diálogos y mimos con su tío Vladimiro, del que hoy quiere dar la apariencia de sacudirse.

Hay que recordarle que destrozó la libertad de prensa, no sólo porque canceló el Canal 2 de Lima y el 13 de Puno, y persiguió a innumerables periodistas radiales de provincias, sino porque a una gran cantidad de ellos los alquiló como atestigua el caso de los Crousillat o de Schutz con su “canalazo”, pagándoles millones que debieron destinarse para aliviar la pobreza de los peruanos, para hacer obras de infraestructura, para lograr el desarrollo del país.

Hay que decirles también que envileció a las fuerzas armadas, a las que sometió a un juramento indigno y a un trato humillante. Que pasó al retiro a cuanto oficial digno osaba distanciarse o poner reparos a su política de control político de una institución que debe ser apartidaría. Se premió a quienes han confesado haberse robado el dinero que se les dio para comprar armas en el conflicto que sostuvimos con el Ecuador.

Hay que decirle a los peruanos que se burló de las madres más pobres ordenando la ligadura de las trompas de las mujeres que inocentes de lo que les podía pasar concurrían a las postas médicas a tratarse de cualquier mal.

El daño que se le hizo al país no sólo fue material, sino también ético. También institucional. Se acabó con los partidos se silenció durante casi dos lustros a quienes de verdad hacían oposición. Se minimizaron los gremios profesionales, se acabó con las organizaciones intermedias.

LA TIBIEZA QUE HIZO POSIBLE QUE EL GOLPE SE CONSOLIDARA

Pero todo eso fue posible porque muchos de los peruanos prefirieron la tranquilidad de la complicidad y no las estrecheces de la oposición al todopoderoso dictador. Porque a excepción del diario la República y la revista Caretas y los espacios en los que podía laborar César Hildebrandt y la Cecilia Valenzuela de entonces, quienes sí se enfrentaron al sátrapa en los años más aciagos de la dictadura, los demás lo trataban como “Presidente”, escondían sus latrocinios no investigaban nada de lo que hoy inquieren con uan severidad inusitada en el caso de los gobernantes de la democracia.

Si bien la inmensa mayoría de la intelectualidad peruana marcó distancia de la vergüenza de acompañar al dictador, como sí pasó en anteriores dictaduras en nuestro propio país, hubo profesores de Derecho Constitucional que aceptaron darle el rango de Constitución al mamotreto que armó para convalidar su pretensión de perpetuarse en el poder y de liberarse de los controles entre órganos que son la esencia de la democracia. Claro, el pragmatismo avalorativo entendió que derecho era cualquier cosa que se promulgaba desde el poder, tal cual lo pregonaban algunos escritores decisionistas en la época de Hitler.

LOS QUE SE ATREVIERON A COMBATIR LA DICTADURA

Hubo, por cierto, casos que la prensa, que está en gran parte en manos de los mismos operadores que callaban o no se daban cuenta de lo que pasaba en esa década de latrocinios, callaron o minimizaron. La gesta por el referéndum, el Foro Democrático, la creación del diario Liberación, la aparición de los colectivos como “manos limpias”, salvaron el honor cívico de la misma forma que Andrés Cáceres salvó el honor militar de la nación en los aciagos días de la guerra del Pacífico. También allí tenemos una deuda pendiente, con quienes se pusieron al frente de estos movimientos y se engarzaron sin descanso en esa lucha y se empeñaron en la noble tarea de impedir que se cerrara el círculo del conformismo. Quiero citar algunos nombres de jóvenes de entonces a quienes falta salir todavía a una visibilidad más marcada como Antonio Flores, Joel Del Águila, David Torres, Melquiades Monzón, el organizador del Foro Universitario, los hermanos Urbiola, Patty Shima, Tania Diaz, Coco Murillo, Robert Ormaechea, Toño Bazán y así, multitud de muchachos de todos los rincones del Perú que no se arredraron frente a las amenazas que padecieron.

En la foto: Antonio Flores, Carolina Jara, Melquiadez Monzon, Frank Villarroel y David Torres, integrantes del Foro Universitario

La Constitución de 1979 exigía a los peruanos luchar por la reinstauración democrática. Hoy seguimos en deuda con los constitucionalistas que se alzaron el 13 de noviembre de 1992 para despojar a Fujimori de ese poder que adquirió por el imperio de las armas y con el caparazón de su desvergüenza. No es aceptable que a los militares que se jugaron por sus paisanos obedeciendo los dictados de la Ley Magna no se les haya resarcido debidamente. En eso tienen responsabilidad los tres gobiernos que han seguido a la fuga de Fujimori al Japón. En ellos se trató de hacer gestos, pero no se llegó nunca a una reparación real. Hay una deuda por saldar. El Perú no puede olvidar a quienes se atrevieron a hacer lo que la decencia manda.

Nos está costando mucho recuperarnos. Todavía no cierra esa herida en el Perú. Lo que pasó fue injustificable. Tenemos que fortalecer la conciencia democrática del país para que no vuelva a presentarse siquiera esa tentación. La mejor manera será rechazar la pretensión de llegar nuevamente al poder por el camino de la democracia a la que traicionaron.

Los peruanos debemos recordar y no pasar por aguas tibias las inmensas violaciones a todo tipo de derechos que en ese entonces se perpetraron. Sin embargo, no hemos escuchado en este debate electoral que los periodistas le pregunten a la primera dama de la dictadura por los ataques que se hizo al Perú desde su gobierno. ¿Merecemos de verdad tener esa prensa tan melindrosa?

Los jóvenes universitarios, porque tienen el deber de estudiar tienen la responsabilidad de darle al Perú la memoria que los empresarios que se llenaron de dinero en esa época quieren desaparecer.

EL CÁNCER Y EL SIDA JUNTOS

Mario Vargas Llosa ha dicho que el Perú puede debatirse en las elecciones del 10 de abril entre el cáncer y el sida, refiriéndose a Humala y a Fujimori. Yo discrepo de él. Creo que el cáncer y el sida están encarnados en quienes nunca dieron cuenta al país de todo lo que robaron, de cómo estudiaron en el extranjero sin fondos de respaldo que acrediten que no fue con el dinero público que manejaban como si fuera de su propio fondo.

Quiera Dios que tengamos la fortaleza para no soportar nuevamente en nuestra historia un agravio como el que se nos causó y menos, para tener la debilidad de elegir a quienes hicieron todo ese daño.

Alberto Borea Odria


Fotos: Internet

1 comentario:

  1. fredemo yucra mendoza18 de noviembre de 2011, 8:12

    no hay nada mas digno que decir la verdad y hacerle recordar las atrocidades que hizo el fujimontesinismo en un pais que entonces vivia su campesinado en un feudalismo sufriendo el abuso de sus señores feudales, siempre queriendose liberar de ese yugo de la opresion, esperando que sus padres de la patria los hague respetar sus derechos y que puedan al menos vivir como seres humanos, mas al contrario fue la reaccion de sus gobernantes, haciendolos fusilar sin piedad como fue en ayacucho, junin, huanuco, huancavelica, apurimac, san martin, puno. mas tragedia pasamos nosotros lo quechuistas, aymarista, ashaninka,andinos y selvaticos todo esto fue a causa de la exclusion social, del rasismo existente en ese entonces por parte del estado, se vivió una vida agoviante, tragica, lo peor es el sacrificio de vidas inocentes, todo eso pasó, pero hasta hoy en dia los gobernates nada hacen por nosotros, tenemos en vigencia normas que van contra nuestra dignidad humana, normas que no se adecuan a nuestra realidad, no podemos seguir viviendo en esta triste realidad es hora de cambiar empezando con nuestra carta magana que es nuestra constitucion politica, unidos todos si podemos.
    mis felicitaciones al dr. borea por la iniciativa de cambio y por las reflexiones.

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