lunes, 30 de mayo de 2011

EL DEBATE FUJIMORI - HUMALA: MI BALANCE


Este no es un artículo escrito por una persona imparcial, sino por alguien comprometido con los valores éticos y democráticos que creo que deben instalarse en el Perú y a los que a mi entender no se serviría si Keiko Fujimori, primera dama y compañía permanente de quien está preso por la comisión de delitos de lesa humanidad y por haberse autoinculpado corrupto, ganara las elecciones.

Hay que recordar que Alberto Fujimori, su padre, jefe político e imán de todo lo que se reúne en torno a Keiko Fujimori, aceptó haber dispuesto de 15 millones de dólares para compensar a Montesinos por los supuestos servicios que él consideró valiosos.

Discrepo y me repugna la prensa que quiere presentarse como imparcial cuando ya tomó posición y hace propaganda, ya no sólo expresa opinión, a la que siempre tiene derecho, por uno de los contendores y denuesta del otro.

No hay entonces ninguna pretensión de independencia en estas líneas, pero sí puntualizaciones claras, desde mi punto de vista, de lo que pasó esta noche del 29 de mayo en el debate.


¡CREE LA CANDIDATA FUJIMORI QUE LOS PERUANOS SOMOS DESMEMORIADOS Y QUE NO RECORDAMOS TODO EL DAÑO QUE SU GOBIERNO HIZO AL PAÍS?

Me pareció verdaderamente desfachatado que la candidata Keiko Fujimori imputara a Ollanta Humala como golpista. ¿De dónde viene ella y su grupo? ¿No fue acaso de un golpe que cerró todos los órganos del Estado, se coludió con las fuerzas armadas, destrozó las instituciones y se robó todo lo que pudo en el país? Dice que Humala intentó dos golpes de Estado. ¿Cree acaso que en Noviembre del año 2000 no tenía el Perú derecho a insurgir contra el régimen corrupto de su padre que había fraguado el resultado electoral para pretender quedarse cinco años más en el poder?

Me pareció alucinar cuando escuchaba que combatiría la delincuencia de los carteristas y escaperos. Ella que ha estado codo a codo y de besitos con quienes robaron, según Transparencia Internacional más de 6,000 millones de dólares a un país pobre como el Perú. ¿Cómo combatirá la pequeña delincuencia si no dijo ni hizo nada cuando le llevaban la plata en carretilla y en efectivo para que hiciera sus estudios en Estados Unidos, cuando su padre, el autócrata declaraba que ganaba sólo 2,000 soles y que ella tenían unos gastos de 10,000 dólares al mes?

¿Cómo puede hablar sin que se le mueva un pelo de respetar al Poder Judicial y del Ministerio Público así como de la independencia de ambos, quien fue pareja de quien lo envileció al punto que varios de sus integrantes están purgando cárcel o han servido condenas por su actuación sumisa en todos esos años del gobierno de Fujimori? ¿No se acuerda del triste y delictivo papel que jugó Blanca Nélida Colán? ¿No sabe que esas instituciones fueron convertidas en armas de persecución de sus opositores?

¿Cómo puede tener la candidata Fujimori la cara dura de decir que se enfrentó a Montesinos cuando hasta el último día trepaba con las manos negras las rejas de palacio junto con su padre cuando ya se había descubierto todo el tinglado que montaron para destrozar al país y chantajear a quienes estaban en puestos públicos o a quienes pretendieran blandir su independencia? Yo recuerdo que quienes se enfrentaron a Montesinos fueron los jóvenes del Foro Universitario, los periodistas de Prensa Popular y Democracia, los intelectuales del Foro Democrático. Nunca escuchamos una sola palabra de ella en ese sentido.

¿Cómo puede hablar de fortalecer la Contraloría como garantía de la limpieza en la marcha del país, quien perteneció al gobierno del Contralor Víctor Caso Lay, nombrado por su padre y que se ha esfumado hasta hoy para no dar cuenta de todas las tropelías en las que participó y todos los silencios que produjo cuando los Fujimori y sus aliados se levantaban el santo y la limosna?

Si no fuera porque puede catalogarse como grosero, usaría otra palabra en vez de cuajo, para preguntarle ¿cómo puede acusar a Humala de querer cambiar la Constitución, cuando su padre se sentó en el mandato que el pueblo le había dado para gobernar de acuerdo a la carta de 1979, destrozándola para servirse de un papel que es una coartada para llamarla como “constitución de 1993? ¿O sea que hay que santificar su delito y hay que considerar como sacrosanto ese emplasto? Dice que ella se compromete a no convocar una Constituyente. ¿Y para que la necesitaría si ya hizo lo que le dio la gana junto con su padre, burlándose del Estado de Derecho en el Perú?

¿Podemos creerle cuando habla de respetar los derechos de los trabajadores a quien encarna el régimen que más despedidos ha producido en el Perú y que desconoció más severamente los derechos laborales, echando, sólo en el Estado a más de 50,000 servidores? ¿a quién institucionalizó los “services”?

¿Cómo puede pretender que le creamos en su mentada apuesta por el diálogo cuando encerraba a los dirigentes sociales que reclamaban por luz, agua, pistas o veredas para sus comunidades, acusándolos de agitadores terroristas?

¿Cómo puede hablar de defender la soberanía la primera dama de un régimen que por la falta de previsión de su padre nos puso a merced de un ataque desde el Norte y regaló Tiwinza y dos pasos al Amazonas?

Es increíble que cuando se refiere al gobierno de su padre hable como de los errores del gobierno de terceros, cuando ella estuvo en la posicion encumbrada desde la que procedió.

NO CONTESTÓ LAS OBJECIONES QUE SE LE HICIERON Y SE LE BORRÓ LA EXPRESIÓN QUE PRETENDIÓ PROYECTAR AL INICIO DEL DEBATE
Sólo la obsecuencia de la
gran prensa puede hacer pasar por alto estas ruedas de molino con las que pretende hacer comulgar al pueblo peruano.

No contestó ninguna de las puntualizaciones que le hizo el candidato de Gana Perú. Se pasó por alto directamente lo relativo a lo que había hecho para evitar la esterilización de más de 300,000 mujeres que ordenó hacer su padre cuando ella, que ahora habla de sus hijos, los que sí pudo tener porque no le ligaron las trompas inconsultamente, era primera dama y ya bastante mayor de edad para darse cuenta de lo que se trataba y apartarse del gobierno en el caso de una discrepancia.

En cada oportunidad que se le recordó la corrupción rampante del gobierno de su padre, en el que ella participó se calló en 20 idiomas.

Sin embargo, no pudo ocultar su rabia cuando Ollanta Humala le recordó las inconsecuencias y los latrocinios que se cometieron en su gobierno. A los cuatro minutos de iniciado el debate se le acabo la sonrisa “nice” con la que abrió su participación. Apenas le empezaron a poner el dedo en cualquier parte del cuerpo de su exposición, saltaba la pus.

En suma, un debate que para quien quiera ver no tiene manera de encontrarla como una persona digna en quien confiar. Una persona que obviamente perdió hasta en las formas que deben de mantenerse en un debate.

Dios quiera iluminar a los peruanos este domingo 5 de junio nos enrumbemos por un camino en el que todavía no hemos transitado y, aunque con temores, no será con indignidad que lo emprendamos. Y si Ollanta Humala quiere apartarse de la democracia, quienes hoy nos vemos en la alternativa de votar por él, sabremos también enfrentarlo en su momento, como enrostramos desde muy jóvenes a Velasco, al García de pretensiones cesaristas de la década de los 80 y al Fujimori dictador.

Alberto Borea Odria



Foto:Internet

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