viernes, 14 de enero de 2011

LAS ALIANZAS ELECTORALES Y LAS SACADAS DE VUELTA A LA LEY



Alberto Borea Odria

El distinguido profesor Gastón Soto Vallenas, propuso hace pocos días que se elevara la valla electoral a 7 % para evitar las alianzas electorales que se conforman no por coincidencia ideológica o programática, sino con el poco confesable propósito de mantener viva la inscripción. Muchos partidos se crearon en determinadas coyunturas y son rezagos de situaciones anteriores, por ejemplo, toda la fila de organizaciones que desde el poder procreó la dictadura: Cambio 90, Sí Cumple, Vamos Vecino, etc. o la propia UPP.


En realidad, la valla electoral es una medida adecuada. Evita la dispersión electoral y procura que en el país se puedan construir partidos que tengan un arraigo que les permita siempre estar en el lado de la seriedad. Cuando los partidos no tienen expectativa real de llegar al poder y de confrontarse con la tarea de gobernar y, por lo mismo, de dar cuenta de sus actos a la población, entonces proponen la mar de cosas disparatadas y con ello generan falsas expectativas o colocan en el imaginario público tópicos que son imposibles de realizar.

Por cierto que ello debe ser complementado con un desarrollo político adecuado con el fin de lograr que los partidos se involucren en la necesidad de formar cuadros que puedan participar con seriedad en el debate y ejecución de las políticas de gobierno, sean estas de nivel nacional, regional o municipal.


Sin embargo somos testigos de las alianzas más estrambóticas cuando se incorpora en alianzas que son arrastradas por partidos que tienen cierto arraigo, a grupos que aspiran, sobre todo, a mantener su inscripción a la espera de que les aparezca un líder que los saque del pantano en el siguiente quinquenio, sin que se sepa en realidad lo que aportan en votos en el proceso electoral.

UNA PROPUESTA PARA QUE LA VALLA ELECTORAL SIRVA DE VERDAD Y LIMPIE EL PANORAMA
Esto puede superarse fácilmente, instando a los partidos que arrastran a hacer un cálculo que ayude también al Perú. Si se exigiera 5% por cada uno de los integrantes de la alianza para que los partidos que la conforman puedan seguir viviendo después de las elecciones, tendríamos que los cuatro partidos que se han unido dentro de lo que llaman la Alianza por el gran Cambio, podrían desparecer. En ese caso, los más estructurados de ellos habrían pensado bien si valía la pena llevar el lastre de los demás. ¿Habría cargado el PPC con el Partido Humanista, o con el de Acuña? Lo mismo puede decirse de la alianza de Solidaridad Nacional. Si tuviera que llegar al 25%, que es lo que correspondería si se sumara 5% por cada uno de los 5 integrantes de la alianza, ¿se habría sumado a Cambio Noventa, o a la UPP?

Probablemente no. Esos partidos seguirán viviendo con respirador artificial en tanto que continúe con vigencia una norma que no alcanza el objetivo para el que fue creada.
De esta forma tendríamos que Perú Posible debería obtener, para mantener su inscripción, así como la Acción Popular y la de Somos Perú, el 15%. Solidaridad Nacional, el 25%, porque tiene muchos socios, la acuarela del PH, PPC, AP y Restauración Nacional, el 20%. Así sucesivamente. Caso contrario todos los integrantes de la alianza perderían su inscripción.

La otra posibilidad es que en el acuerdo del alianza se podría fijar que el primer 5% beneficia a un partido, si sacan más de 10% queda inscrito el segundo y si obtienen más de 15% un tercero y así sucesivamente.

De esta forma se evitaría que se le saque la vuelta a la ley y el Perú podría beneficiarse con la consolidación de bloques partidarios.

Esperamos que esa sea una modificación que aborde el próximo Congreso en el camino hacia la institucionalización del Perú.

Ilustraciones: Obtenidas de internet

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